cosa 14. Memorizar un soneto.
No parecía en principio algo especialmente difícil, pero la elección del soneto complicó un poco las cosas. Se trata de uno de los más bellos sonetos de amor escritos en la historia por Don Francisco de Quevedo y Villegas:
AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
·
mas no, de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría
y perder el respeto a ley severa.
·
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
·
su cuerpo dejarán, no su cuidado,
serán ceniza, más tendrá sentido,
polvo serán, más polvo enamorado.
Puedo asegurar que me lo se de carrerilla. si alguien quiere comprobarlo se lo recitaré gustosamente.
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